martes, 10 de abril de 2018

8 virtudes de un emprendedor que sus amigos reconocen


La mente de un emprendedor no sigue la misma lógica de quienes le rodean. Si tus amigos, tu familia o tu pareja no entienden por qué tu cabeza siempre está ocupada pensando en lo que será mejor para tu negocio, ¡no te preocupes! Es totalmente normal. Tal vez ellos no comprenden todo lo que has invertido y tu sueño de verlo crecer.

Acá algunas ideas que tendrán de ti y que, sí, puedes tomarlas como halago:



Haces demasiadas preguntas

Quieres aprender de todo, aunque no esté relacionado con tu negocio. Si te interesa algo que escuchas en una conversación, no te quedas sin preguntar para que te cuenten más. Aprovechar toda oportunidad para aprender es la mejor inversión. Te llena de herramientas que en cualquier momento podrás necesitar.

Tienes una biblioteca muy grande

El deseo de crecer en tu desarrollo profesional te mueve a investigar. Tu lista de libros puede estar encabezada por títulos de emprendimiento y negocios. Pero también habrá libros con temáticas que representan un desafío para ti. Si alguien se queja de que tienes más libros de los que podrás leer, déjalo. En cualquier momento vas a poder abrirlos y aprender de temas que no dominas.

Nunca sales del trabajo

No tienes un horario de salida de la “oficina”. Aun cuando no estás frente a tu computadora, mantienes la mente en el juego. No se trata solo de pendientes por atender, sino de un fluido constante de ideas y oportunidades para tu negocio.

Siempre sales con sorpresas

A falta de horario fijo de trabajo, en cualquier momento puede llegarte una llamada o una idea: donde te agarre, vas a atenderla. ¡No está mal! Por supuesto, los límites son importantes, pero es parte de aprender a buscar soluciones y resolver problemas. Serás una persona espontánea y nadie se va a aburrir de ti.


Eres experto en sacar cuentas

Tiempo y dinero son tus factores clave. No vas a invertirlo en lo que sabes que no será productivo ni disfrutable. Tienes olfato para reconocer qué sí lo es. Sabes optimizar recursos y es algo que tus amigos te agradecerán cuando salgas con ellos.

Eres selectivo en tus relaciones

Te rodeas de gente de todo tipo. Sabes lo importante que es ampliar tu red de contactos, pero valoras más a quienes te impulsan, te motivan y te permiten aprender de ellos. Estar con alguien inspirador mantiene vivo tu deseo de continuar esforzándote. Lo importante no es cortar relaciones, sino tomar lo mejor de ellas.

No te importa fracasar

Por supuesto que nadie desea que las cosas le salgan mal. Seguramente hay al menos un fracaso en tu historial, pero no te avergüenzas, porque has aprendido de cada uno de ellos. Tienes una o varias metas a la vez y trabajas para alcanzarlas. Sí, piensan que eres un soñador, pero eres de los mejores: el que actúa.

Tienes tiempo para todo

Tu agenda parece que está a punto de reventar. Tienes citas, reuniones, y pendientes por aquí y por allá. Sin embargo, administras bien tu tiempo y sabes sacar provecho del que queda libre. Dominas el trabajar bajo presión y tienes prioridades claras.

No es fácil seguirle el ritmo a un emprendedor. Tus hábitos pueden parecer extraños para los demás. No te preocupes si no logran acostumbrarse. Los resultados van a hablar por ti.

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